España ha dejado claras hoy al menos dos cosas: la primera, que sigue siendo una de las selecciones más sólidas del mundo. La segunda, que Vicente del Bosque prefiere un sistema 4-3-3, con interiores (Silva e Iniesta) en lugar de extremos (Navas y Pedro).
El caso es que tenemos elementos para jugar cualquiera de los dos esquemas; pero el momento dulce de Sergio Busquets y del genio de Fuentealbilla Andrés Iniesta ha sido tal vez determinante para la vía que finalmente ha escogido Don Vicente.
Y en cualquiera de los dos esquemas, dos Mariscales con mando en plaza, ambos de nombre Xabi, dan una solidaz tramenda al eje de la Roja.
Pero, cuidado, huyamos de la euforia, por favor; los ocho últimos campeones de la Eurocopa, ninguno ha sido Campeón del Mundo (hay que remontarse a la Alemania de Beckembauer).
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