EL BLOG DE ENRIQUE CASANY ALONSO-VILLALOBOS

Nada más lejos de mi intención que aburriros o simplemente poneros, queridos amigos, en el triste deber de leer mi blog para que luego os fustigue averiguando si lo habéis hecho cuando quedemos a tomar unas copas. Simplemente, deseo compartir ciertas impresiones y experiencias con vosotros. Besos y abrazos.

viernes, 15 de octubre de 2010

RECORDANDO A FRANÇESC COLLADO

Fue prácticamente nada más incorporarme a Europea de derecho (¡hace ya casi diez años...!), con el proyecto de hacerme cargo de la Delegación de Castilla y León unos meses después, cuando oí hablar por primera vez de Françesc; y fué, como después lo haría tantas veces, Luis Ipiña quien me hizo saber de la existencia de un vendedor en Cataluña que era simplemente perfecto: solía ser sino el que más, siempre de entre los tres que más vendía en el mes; no tenía caídas; sus clientes renovaban a unos niveles asombrosos...

Inmediatamente, me planteé si realmente existía, o si era producto de la imaginación de Luis. Después de oír la misma cantinela una docena de veces, me decidí a llamarle por teléfono, para decirle que quería conocer el secreto del que me decían que era el "vendedor perfecto"...

Me respondió como luego lo haría tantas veces: con su amabilidad, su ironía y sobre todo su profesionalidad a prueba de bomba. Pronto me dí cuenta de que Luis no había exagerado, se había quedado corto: aquel hombre había nacido para este sector.

Fueron, como digo, muchas veces las que hablé con él para compartir impresiones; generalmente, después de que me llevaran los demonios cuando le hacía a mi amigo Manel Belmonte, el sempiterno y mítico Delegado de Cataluña, o a mi querida Silvia de Jaime, nuestra Jefa de Administración, la pregunta consabida del mes: "¿y cuánto ha vendido Collado? ...¿CUÁNTO?????... será c...!"

Y sí, mi competitividad hacía que me llevaran los demonios con él, nos ponía a todos el listón muy alto: era el referente. Pero además, a lo largo de los años, me dí cuenta de que detrás del profesional había una persona todavía más grande, un ser humano excepcional, de grandes valores, y con una tremenda personalidad.

Ahora ya no está, pero realmente siempre estará, porque queda su ejemplo, y sus amigos que le recordaremos. Y queda su hijo Sergi, que lo tuvo muy duro en los primeros años de Europes, porque se le medía con la vara de medir de su padre. Después demostró con creces que es un digno hijo de un gran padre. ¡Ánimo, amigo!

Françesc, yo te digo: estés donde estés, para mí seguirás siendo un referente. Seguro que ahora estás haciendo bromas, por lo sentimental que me he puesto, como siempre hacías... échanos una mano desde ahí arriba, y un abrazo "del teu amic Casany". Gracias por todo.

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